Se acaban las vacaciones y miles de estudiantes vuelven a clases. Acá dejamos algunos tips para ayudar a retomar la rutina.
Fueron más de dos meses de vacaciones y volver a clases puede ser una tarea difícil tanto para estudiantes como para las madres y padres. Retomar los horarios de sueño, de comidas y de estudio es fundamental para comenzar bien un nuevo año escolar.
Fabiola Farías es Psicóloga y Magíster en Psicología Educacional, además forma parte del Programa Aula de Bien Estar del Ministerio de Educación y en esta oportunidad entregará algunos tips para ayudar a los estudiantes y sus familias ante el inminente regreso a clases.
Regresar al colegio implica un nuevo ciclo que se inicia e indica retomar las rutinas que por las vacaciones se hicieron más flexibles. Por ello, para facilitar el proceso de adaptación a los ritmos de la escuela se sugiere:
1.- Retomar progresivamente estas rutinas y horarios anticipando dichos cambios; es importante que los niños sepan que se van a comenzar a preparar para ingresar a clases. Deben retomarse rutinas claras en los horarios de comida y de sueño. Por ejemplo: para alimentarse, lavarse las manos antes y después de comer, lavarse los dientes después de cada comida. Para dormir, una rutina relajante: un baño, lavarse los dientes, un masaje, un cuento (todo esto implica también la preparación de un entorno calmo y con luz adecuada). De esta forma, se pueden realizar las siguientes acciones:
a.- El sueño: Inicio y fin del día. Comenzar a despertarlos/levantarlos más temprano. Lo mismo con el horario de acostarse. Para comenzar, sugiero partir por acostarlos más temprano de manera progresiva, planificar días con varias actividades y que terminen con un baño y acciones más calmas. Si un niño se acuesta más temprano, puede levantarse antes, ya que es importante no sacrificar horas de sueño en la etapa escolar, por ser tan relevante para el crecimiento y desarrollo de los niños. Un par de técnicas que sirven bastante para conectarse con los niños es realizarles un masaje y luego contarles un cuento con las actividades que haya realizado durante el día, para terminar con esta hora del cuento y un sueño hermoso, donde pueden introducir algo que le guste al niño/a. Les recuerdo que el uso de los aparatos electrónicos debe terminar, al menos, un par de horas antes de comenzar con la rutina de acostarse. Si nunca se ha hecho esto, se les debe explicar a los niños, que estos aparatos no permiten que duerman bien, ni que su cerebro y cuerpo se relajen para tener un sueño que les permita crecer y descansar.
b.- Horario de alimentación. Es importante que los horarios del desayuno, almuerzo y cena se vayan acercando al que tienen en época de colegio. Sugiero reducir la ingesta de azúcar, en especial en la noche, ojalá eliminarla, ya que provee de energía, y en exceso activa demasiado a los niños además les dificulta dormir. El horario de la cena no debe ser tan cercano a la hora de dormir, ya que dificultará también el que pueda quedarse dormido y tener un sueño de calidad.
c.- Tipos de actividades, según horario y esfuerzo. Para que el cuerpo y la mente se adapten mejor a dormir y despertar más temprano, sugiero realizar actividades lúdicas que impliquen mayor esfuerzo físico (saltar, correr, nadar, ir al parque) en la mañana o máximo hasta las 17:00 horas, y actividades más reposadas o calmas después de esa hora (por ejemplo: juegos de interior, dibujar, pintar, leer, jugar con autos o con las muñecas). Introducir aquí horario de estudio o de deberes escolares al reingreso a clases.
d.- Participación: Los horarios deben ser acordados por los padres y las actividades pueden ser escogidas por los niños, de acuerdo a las opciones que los padres les entreguen. De esta manera, se los hace partícipes de su construcción, lo que implica que sea más significativo para ellos y, por ende, lo respeten.
e.- Responsabilidad. Enseñar a dejar el uniforme y su mochila con los materiales que requiera, la noche anterior, además de la lonchera lista para incorporar la alimentación que va a requerir en el día. Ello le ayuda a adquirir la responsabilidad sobre sus cosas y permite una organización adecuada para cumplir con horarios y deberes.
Todo lo anterior, debe ser de acuerdo a la edad de los niños y niñas.
Sugiero un tipo de Horario como: descarga acá el documento.
2.- Útiles Escolares: Ver en conjunto los útiles escolares para el nuevo año. Revisar aquellos que se pueden reutilizar y determinar los que se deben comprar. Además, se pueden realizar en conjunto el marcado de los materiales con el nombre del estudiante. Lo mismo se puede hacer con el uniforme escolar. Esto puede hacer que los niños al participar se motiven por regresar al colegio, ello en particular en niñas y niños más pequeños.
3.- Manejar ansiedades de padres y niños: Cabe destacar, que al comienzo del año escolar existen ansiedades que son de los niños y adolescentes y otras que son de sus padres. Es muy importante realizar esta identificación y separación, de manera de no teñir con las preocupaciones de los adultos, las expectativas de los niños y niñas. Por lo anterior, se sugiere motivar el regreso al colegio, lo que puede implicar una evaluación de lo que funcionó y lo que no el año anterior y buscar formas de superar en conjunto aquello que no resultó, estableciendo compromisos. Es importante dar el espacio para que el niño exprese sus ansiedades y preocupaciones frente al regreso y ser receptivos para buscar soluciones en conjunto. Esto afianzará la relación padres e hijos. También permite bajar la ansiedad, anticipar y comentar las posibles actividades que realizarán los primeros días de clases y los horarios.
4.- Ritos que permitan cerrar las vacaciones. Debido a que el período de vacaciones en general es sinónimo de estar más tiempo con los padres, realizar actividades nuevas, distintas o divertidas, salir de casa y levantarse más tarde, es común que muchos niños no quieran retomar el colegio y volver a la rutina. Por ello, sugiero que, para poder disminuir esta ansiedad y este rechazo a iniciar un nuevo período escolar, se cierre el ciclo de vacaciones con un rito. El que más se recomienda es conversar en familia sobre las vacaciones, de tal manera, que en conjunto evalúen los casi tres meses de descanso. ¿Qué fue lo que más les gustó?, lo que más recuerdan, lo que más les desagradó, etc. Ver qué cambios pueden hacer para el siguiente período. Otra opción es salir juntos, u ordenar sus útiles escolares.
5.- Retomar contacto con amigos/compañeros de curso. Algo que puede motivar a los niños es tomar contacto con algún amigo y compañero de curso, ello le recordará sus relaciones sociales al interior de la escuela y lazos emocionales con que cuenta.
6.- Primer día de clases. Es ideal que los padres puedan acompañar a sus hijos el primer día, ello les da más seguridad y baja la ansiedad. Indicar a los hijos quién los lleva y quién los va a retirar, anticipar las posibles actividades que desarrollará y preguntar por las inquietudes que puedan tener dando respuesta a ellas. Si al momento de dejarlo se pone a llorar, abrazarlo afectuosamente, reforzar con voz calma, que lo van a ir a buscar, quién lo hará y a qué hora (esto le transmite seguridad) y luego retirarse. Si el niño continúa llorando, y no existe una rutina distinta establecida por el colegio para estos casos, debe retirarse con el resto de los padres. Es muy probable que el niño pronto se calme al ingresar a la sala, las educadoras tienen diversas estrategias para esto y los docentes también. Al regreso de la escuela, preguntar al niño/a por su primer día, cómo se siente, si conoció a nuevas personas, sus nombres, qué actividades realizó. Importante es que esto no se convierta en un interrogatorio, sino que permita abrir el diálogo y que se converse sobre ese primer día (¿qué fue lo que más te gustó y lo que menos te gustó?, por ejemplo).
Respecto a la adaptación a un nuevo colegio y/o nuevos compañeros tenemos dos escenarios posibles: aquellos niños que ingresan por primera vez al colegio, a pre kínder y aquellos niños que por diversos motivos se cambian de establecimiento educacional. En ambos casos, es importante:
1.- Conversar con el niño sobre sus ansiedades, temores y preguntas que pueda tener sobre el colegio.
2.-Si es posible, es positivo reconocer el terreno antes del ingreso a clases, esto es llevarlo al colegio, que conozca el camino y la infraestructura general de su nueva escuela (dónde está su sala, los baños, el comedor, la biblioteca, el gimnasio o cancha). Si no es posible, esta es una actividad que se debe realizar el primer día, acompañado por la educadora o docente. Esto le va a permitir sentirse seguro en este nuevo espacio y evitar situaciones de riesgo.
3.- El observar el entorno y a sus compañeros le puede entregar información para integrarse mejor, cuidando siempre de ser él mismo.
4.- Participar de actividades extraescolares, también es algo que lo ayudará a conocer otros niños y nuevos amigos, además de aportar a su desarrollo y aprendizaje.
5.- Mensajes positivos del entorno familiar. El ingreso a un nuevo colegio genera mucho estrés y ansiedad, todo dependerá de los motivos de la salida del establecimiento anterior (doble repitencia, cambio de domicilio, entre otras). En estos casos es importante que los padres entreguen un mensaje positivo a su hijo para motivarlo, por ejemplo, que van a conocer más personas, que tendrán más amigos. Si el niño tenía algún problema de comportamiento indicarle que juntos van a salir adelante y que lo ayudarán y acompañarán para que esté bien y se adapte. Apoyarlo en aquellas materias en las que se sienta más débil. Preocuparse de conocer al profesor jefe y acordar juntos estrategias, involucrándose así en el proceso escolar del niño. Todo esto lo ayudará a sentirse más seguro y apoyado por su familia.
Acercamiento a los Hábitos de estudio
Respecto a cómo retomar los hábitos de estudio, después de un largo período de descanso se sugiere:
1.- No escolarizar los últimos días de vacaciones, sino más bien acercarse de forma lúdica al aprendizaje (tal vez esto ya ha estado presente en las vacaciones). Si se escolarizan estos últimos días de puede producir rechazo o desmotivación, por lo que es importante que disfruten estos días, sólo que tengan mayor estructura.
2.- Incentivar la lectura. Si los niños no han tomado libros durante el verano, es bueno retomar ese acercamiento a los libros de cuento, por ejemplo. Aquellos que aún no se han iniciado en la lectura, les permite recordar la estructura de texto, se puede trabajar la inferencia por ejemplo (que ellos cuenten la historia de acuerdo a los dibujos y a lo que recuerdan). También se recomienda retomar (si es que se ha dejado la práctica) la lectura de cuentos por parte de los padres antes de dormir. Ello prepara al niño para el descanso, mejora la vinculación con los padres y refuerza el proceso lector. También se pueden retomar el texto escolar y ojearlo, lo que permite visualizar contenidos que se trabajarán en el año y disminuir ansiedad por enfrentarse a temas desconocidos.
3.- Incentivar el conocimiento, comprensión de los números. Se puede realizar actividades lúdicas, por ejemplo, para niños en primeros años de escolaridad deben ser más concretas, como jugar con fichas de colores (permite identificar por ejemplo la unidad de la decena y centena), en la calle o desde el auto buscar patentes terminadas en un número específico (ayuda a reconocer e identificar los números).
4.- Incorporar todas las actividades en Horario. El tiempo determinado para realizar tareas o estudiar y también el tiempo de descanso, debe quedar incorporado en el horario. Recordar que el tener una rutina fija y establecida ayuda en la organización del tiempo del niño y de los padres y le da una estructura al día, lo que facilita incorporar hábitos y disminuir ansiedad por lo desconocido. Todo ello permite que el día fluya para el niño sabiendo lo que debe realizar, quién lo va a buscar al colegio, dándole seguridad en su día a día y facilitando la adaptación a la escuela y sus ritmos.
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